Por primera vez, Pablo Parra, el único detenido por el brutal crimen de Agustina Fernández en Cipolletti, habló y dijo que era inocente. Además planteó dudas con respecto a su detención, porque su ADN no estaba en las muestras que tomaron de las uñas de la joven estudiante, quien intentó defenderse cuando fue atacada.
La joven pampeana que en marzo del año pasado había llegado a Cipolletti para estudiar medicina, fue atacada brutalmente el 2 de julio, mientras estaba en la casa de su vecino del complejo de departamentos del barrio Rincón Encantado de Cipolletti.
Cómo estaba previsto, este miércoles se controló la prisión preventiva y ante el juez de Garantías, Parra cuestionó que las pruebas de ADN realizadas en las muestras extraídas de las uñas de Agustina, no coincidían con las suyas. Aseguró que las pruebas para demostrar su inocencia son «suficientes».
Luego de comprobarse que su estado era irreversible, aún dentro del hospital, se tomaron rastros en las manos de la joven . Agustina que se defendió del ataque y que tenía material genético en sus uñas.
La comparación se hizo con Parra y con varios conocidos, incluso con el joven mozo de una cervecería con el que había pasado toda la tarde y había mantenido relaciones sexuales. Todas dieron negativo.
Los defensores, Juan Manuel Coto y González Rodríguez, ya habían cuestionado las pruebas con la que la fiscalía logró detener a Parra. Entonces se quejaron por errores en la cadena de custodia.
El fiscal Jefe, Santiago Márquez Gauna defendió el procedimiento y confió que no se había resguardado el lugar porque primó salvarle la vida a Agustina.
En la audiencia de esta jornada, Parra reclamó que «la parte acusadora sólo dicen hipótesis, no hay ninguna prueba contundente, solo indicios. Por eso la los defensores tienen las herramientas para probar mi inocencia”.