La última gala de eliminación en Gran Hermano trajo consigo la salida de Sabrina, quien anteriormente había regresado a la casa gracias al «golden ticket». Esta vez, con el 60% de los votos en su contra, Sabrina se vio obligada a dejar la competencia.
Durante la noche del domingo, Bautista, Joel, Sabrina y Catalina se enfrentaron al voto del público para determinar quién sería el próximo eliminado. Finalmente, la contienda quedó entre Sabrina y Catalina, y pasada la medianoche, Santiago del Moro anunció la decisión: Sabrina sería la participante que abandonaría la casa.
Tanto Sabrina como Catalina habían regresado a la competencia después de ser las más votadas en el repechaje. Sin embargo, sus estrategias en el juego marcaron la diferencia: mientras Catalina mantuvo su alianza con Juliana, apodada «Furia», Sabrina ingresó con la intención de confrontar a esta última, lo que podría haber influenciado la decisión del público.
Tras el anuncio, «Furia» expresó su alegría y agradeció a sus seguidores. Aunque describió a Sabrina como «irrespetuosa», trató de restar importancia al conflicto y se despidió de sus compañeros con una sonrisa.