Este lunes, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el ministro de Defensa, Luis Petri, arribarán a Neuquén para presentar el comando antibloqueos en Vaca Muerta, una medida que ha generado polémica y rechazo en distintos sectores. La creación de este escuadrón de gendarmes, destinado a intervenir en conflictos sociales y “garantizar la producción en zonas estratégicas”, despierta críticas por su potencial impacto en los derechos de protesta y autonomía de la región.
La actividad principal se llevará a cabo a las 11 en el Batallón de Ingenieros de Montaña 6, donde se oficializará la puesta en marcha del Escuadrón Contradisturbios del Destacamento Móvil 4 de Gendarmería Nacional. Este contingente —de 140 gendarmes y vehículos especiales— generó inquietud tras desfilar por la Ruta Nacional 22, exhibiendo una demostración de fuerza que no ha pasado desapercibida.
La llegada de este comando se da en un contexto de tensión social, particularmente con la Confederación Mapuche, que ha sostenido medidas de protesta en las plantas de residuos de varias petroleras. Bullrich, por su parte, exige a las empresas petroleras formar una “mesa de alerta temprana” para reaccionar rápidamente ante situaciones de conflicto, una medida que algunos consideran una vía para criminalizar el legítimo derecho a la protesta.
Además de la controversia por el comando, la visita de los ministros nacionales ocurre en medio de otra disputa con el Municipio de Neuquén por la anunciada venta del Parque Jaime de Nevares, espacio verde de uso comunitario que el gobierno de Javier Milei pretende subastar. La Jefa de Gabinete de Neuquén, María Pasqualini, fue contundente: “El parque es nuestro y no se vende”, criticando la falta de diálogo con los gobiernos locales.
La militarización de Vaca Muerta en aras de la “seguridad de la producción” despierta cuestionamientos sobre los límites que se impondrán a las comunidades locales y sobre quién define las prioridades en un territorio que, a todas luces, sigue siendo disputado.