El Senado está en el ojo de la tormenta tras una polémica sesión presidida por la vicepresidenta Victoria Villarruel mientras el presidente Javier Milei estaba de viaje. Según el oficialismo, esta situación podría invalidar las decisiones tomadas.
El foco de las críticas recae en que Villarruel, al asumir la presidencia del Senado, habría ignorado su rol interino al frente del Ejecutivo por la ausencia de Milei, quien viajó a Italia al mediodía. Según denunció el senador Carlos Pagotto, «era necesario un acta de traspaso de mando antes de la sesión».
La falta de coordinación fue evidente. Recién a las 19 horas, cuando la sesión había terminado, llegó el escribano encargado de certificar el traspaso. Fuentes cercanas al Senado sostienen que no hubo notificación oficial sobre el viaje de Milei a tiempo.
“Esto es una grave falla institucional. La Constitución es clara: cuando el Presidente está ausente, la vicepresidenta debe asumir el Ejecutivo, no dirigir el Senado. Esta sesión podría ser anulada por cualquier ciudadano o senador”, destacó Pagotto.
La polémica deja un gran interrogante sobre el impacto político y jurídico de las decisiones tomadas en esta cuestionada jornada.