En el norte de Neuquén, al pie del imponente volcán Tromen, se despliega un fascinante paisaje geológico que atrae a visitantes interesados en la historia, la geología y el senderismo. Eduardo Vega, licenciado en Ciencias Geológicas, lidera excursiones que combinan estos elementos, permitiendo a los participantes explorar antiguos yacimientos de asfaltita y tocar la famosa formación Vaca Muerta. Según Vega, la riqueza geológica y minera de este rincón del país ofrece una oportunidad única para aprender y disfrutar de la naturaleza.
Buta Ranquil, un pueblo con vistas a la formación Vaca Muerta, alberga vestigios de una intensa actividad minera de mediados del siglo XX. Las caminatas guiadas por Vega recorren estos campamentos mineros, donde las galerías derrumbadas y los campamentos abandonados narran historias de un pasado de explotación intensa. Entre las paradas más destacadas se encuentra la mina Tungar, conocida como la mina de los alemanes, que alcanzó una profundidad de casi 200 metros antes de ser abandonada debido a la presencia de agua.
Las excursiones no solo se centran en la minería, sino que también incluyen visitas a paisajes singulares como la laguna Verde y la formación Vaca Muerta, donde los participantes pueden observar fósiles de amonites. Otro punto de interés es la yesera, famosa por sus cristales de cuarzo conocidos como diamantes Herkimer. Estas actividades están diseñadas para ser accesibles para personas de todas las edades, con senderos de baja dificultad que permiten disfrutar del entorno sin necesidad de experiencia previa.
Organizadas por Geosenderos, las excursiones mensuales ofrecen una experiencia educativa y recreativa, especialmente programada para los fines de semana largos. El itinerario incluye el paso por Pampa Tril y las aguas sulfurosas de La Hedionda, culminando en los crestones coralinos que forman parte de un importante sitio paleontológico. Durante el recorrido de seis kilómetros, los visitantes pueden observar lutitas bituminosas, concreciones minerales y fósiles de criaturas marinas prehistóricas, como ictiosaurios y plesiosaurios.
La formación Vaca Muerta, un conjunto de rocas sedimentarias del período Jurásico, sigue siendo un testimonio vivo de un mar rico en vida que existió hace unos 150 millones de años. Las excursiones dirigidas por Vega no solo rescatan la historia minera sino que también promueven el conocimiento y la conservación del patrimonio paleontológico de Neuquén, recordando la importancia de preservar estos tesoros naturales para futuras generaciones.