El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela proclamó a Nicolás Maduro como presidente reelecto para el período 2025-2031, en una controvertida elección marcada por acusaciones de fraude. Durante la ceremonia de proclamación, Maduro denunció un nuevo intento de golpe de Estado similar al caso de Juan Guaidó en 2019, al que denominó «Guaidó 2.0». El mandatario advirtió que esta vez no habrá «ningún tipo de debilidad» y aseguró que se respetarán la Constitución y las leyes en Venezuela.
Maduro, quien gobierna el país desde 2013, sostuvo que las elecciones representaron una victoria sobre el «fascismo» y prometió hacer «irreversible la paz y la dignidad» de Venezuela. Además, criticó duramente a líderes internacionales que cuestionan los resultados electorales, señalando que son los mismos que apoyaron intentos previos de forzar un cambio político en el país.
A nivel internacional, la respuesta fue dividida. Nueve países latinoamericanos emitieron un comunicado conjunto solicitando una revisión completa de los resultados con la presencia de observadores electorales independientes. Mientras tanto, Brasil y Colombia también pidieron una revisión de las cifras, y Estados Unidos expresó «serias preocupaciones» sobre el proceso electoral. En contraste, aliados como China, Rusia, Cuba y Nicaragua felicitaron a Maduro por su reelección, y México se comprometió a reconocer el resultado oficial.
Maduro concluyó su discurso con un llamado a la unidad y la resistencia ante lo que describió como «fuerzas fascistas» que intentan desestabilizar al país, asegurando que Venezuela continuará su camino hacia la paz y la prosperidad».